A la llegada al aeropuerto, nos esperaba Cora, de la organización del festival con un cartelito con nuestros nombres.
Nos llevó por un precioso recorrido turístico en coche por Berlín.
Las vistas de nuestro hotel me recordaban a una película de la gestapo...
(fijaros en esos azulejos de la izquierda).
La acogida fue excelente, de hecho, tuvieron que cambiar de sala de proyección a una mayor ya que se vendieron más entradas de las esperadas.
Después de 15 minutos de speech en mi inglés de la EGB, empezó la proyección. La sensación de ver tu película en cinemascope en la pantalla gigante y con un sistema de sonido dolby es inolvidable. Escuchar a la gente reírse de cada detalle de la película, poder fijarte en sus caras iluminadas con la luz de la proyección, un sueño que tengo que agradecer sobre todo a mi mujer por permitirme tomar tanto tiempo libre para dedicarlo a mis otros proyectos fuera de la fotografía.
Genial tener en tus manos la entrada de tu película. |